Elemento
Fosa del paraje de Santa Rita
Metadatos
Miniatura

Denominación de la fosa
Fosa del paraje de Santa Rita
Municipio
Castro del Río
Provincia
Córdoba
Población en 1930 y 1940
14.817 - 17.298
Número estimado de víctimas en/de los municipios
Hombres identificados: 60 | Mujeres identificadas: 3 | Víctimas estimadas: 177
Cronología de los asesinatos (Víctimas identificadas)
Terror caliente (Julio de 1936 - Marzo de 1937): 41 | Posguerra: 9 | Fecha desconocida: 13
Número de fosas en el municipio
2
Número estimado de víctimas en las fosas del municipio
126 | Víctimas exhumadas: 80
Titularidad
Pública
Estado de la intervención
Fosa exhumada con metodología científica
Carácter de la fosa
Otros
Promotor de la intervención
Familiares | Ayuntamiento de Castro del Río
Fecha de la intervención
Mayo de 2017
Número estimado de víctimas en la fosa
Entre 20 y 50 | Víctimas exhumadas: 14
Localización de la fosa
Los primeros testimonios nos situaban la posible fosa en el margen izquierdo de la carretera CP-39 que une Castro del Río y Nueva Carteya, cerca del punto kilométrico 2, en dirección a Nueva Carteya.
En un principio se estimó que podría localizarse en una finca de algo más de una hectárea, sembrada de olivar y con una pequeña edificación. Tras realizar las prospecciones el día 2 de Mayo de 2017 los resultados en esta primera localización fueron negativos. Ese mismo día, nuevos testimonios y los resultados obtenidos en la prospección realizada a continuación permitieron delimitar un área situada de la anterior a unos 220 metros en diagonal a la esquina NE de la casa, y donde se dieron finalmente resultados positivos.
Actuación en la fosa
En el año 2017 se desarrolla una actuación específica de localización y exhumación, y que establece que no hay dudas del carácter original del emplazamiento de la fosa. Estamos ante una fosa alterada en el mismo lugar de su emplazamiento original, del que se ha perdido o extraído parte del material de mayor tamaño pero que sin dudas conserva numerosas evidencias que pueden contribuir a la identificación de las personas en ella enterradas.
A pesar de las alteraciones póstumas que ha experimentado el emplazamiento de la fosa las pruebas son muy claras en cuanto a la presencia de un enterramiento colectivo donde las relaciones anatómicas no se ven alteradas en forma de destrucción o desplazamiento por la realización de otros enterramientos.
Se identifican restos en conexión anatómica de seis individuos, todos ellos en contacto físico y sin que las zonas de intersección se asocien a desplazamientos o roturas, lo cual prueba una proximidad o sincronía entre los diversos enterramientos. Los miembros de algunos de esos sujetos presentan grados de flexión anómalos también contradictorios con cualquier procedimiento ritual en el que medie un respeto. Si a ello unimos el carácter colectivo de la fosa entendemos todas estas implicaciones anatómicas como hechos violentos.
Se identifican restos en conexión anatómica de seis individuos, todos ellos en contacto físico y sin que las zonas de intersección se asocien a desplazamientos o roturas, lo cual prueba una proximidad o sincronía entre los diversos enterramientos. Los miembros de algunos de esos sujetos presentan grados de flexión anómalos también contradictorios con cualquier procedimiento ritual en el que medie un respeto. Si a ello unimos el carácter colectivo de la fosa entendemos todas estas implicaciones anatómicas como hechos violentos.
Se identifican restos en conexión anatómica de seis individuos, todos ellos en contacto físico y sin que las zonas de intersección se asocien a desplazamientos o roturas, lo cual prueba una proximidad o sincronía entre los diversos enterramientos. Los miembros de algunos de esos sujetos presentan grados de flexión anómalos también contradictorios con cualquier procedimiento ritual en el que medie un respeto. Si a ello unimos el carácter colectivo de la fosa entendemos todas estas implicaciones anatómicas como hechos violentos.
No existe evidencia alguna de que estemos ante un depósito ritual de tipo arqueológico. Los elementos materiales, incluyendo objetos y balística, constituyen las pruebas de que estamos ante un depósito no ritual de tipo clandestino.
Además de la balística localizada en el área intervenida se identifican con claridad impactos de proyectil en diversas piezas craneales. La convivencia de diferentes grados de articulación y dispersión de los restos nos lleva a cruzar la conservación de las diferentes zonas esqueléticas como el argumento de máxima fiabilidad. La repetición de elementos dentarios nos permite hablar de un número de hasta seis sujetos en base al segundo molar y segundo premolar del lado izquierdo del maxilar superior. En el cráneo la mayor aportación a la identificación viene dada por el parietal y por el occipital, permitiendo este último hablar de una cantidad que oscila entre los 12 y 14 individuos.
Relato histórico
Situación de Castro del Río a partir del 19 de julio de 1936: Una vez que la rebelión triunfó en la capital (18 y 19 de julio), la mayoría de los puestos de la Guardia Civil de la provincia obedecieron las órdenes del Coronel Cascajo (director de la sublevación en Córdoba), para que se proclamara en cada pueblo el bando de guerra, se clausuraran las Casas del Pueblo y se tomaran los Ayuntamientos. El panorama que ofrecía la provincia de Córdoba era bastante irregular, pero favorable a los insurrectos: de los 75 pueblos, 47 se sublevaron (35 de la campiña, entre ellos Castro del Río, y 16 de la Sierra). En Castro del Río, gran pilar del obrerismo de Córdoba, la sublevación de la derecha y la guardia civil se produjo en las primeras horas del domingo 19 de julio de 1936. Según el vecino de Castro Francisco Merino Cañasveras: Al anochecer del día 18 los campesinos, que se encontraban segando en la campiña, recibieron el aviso de concentrarse en el pueblo. Y con algunas armas que pudieron requisar en los cortijos se presentaron en Castro en espera de acontecimientos. Al día siguiente, llegó un camión procedente de Córdoba que se detuvo en el Llano de la Fuente y de él se apearon 10 ó 12 guardias civiles al mando de un teniente, que venían en auxilio de la guarnición de Castro. Entraron por el Arco de los Mesones y avanzaron en filas por las aceras hasta que se entraron en el cuartel, sito en la calle Corredera. Después salieron, apoderándose del Ayuntamiento, Teléfonos y Telégrafos. Y a unos anarquistas que llevaban un cura preso los detuvieron. El día 20, sobre las 7 de la mañana llegó la Artillería enviada en auxilio desde Córdoba. La columna de artilleros logró penetrar en algunas calles del pueblo, pero no pudo lograr su objetivo de llegar al cuartel, dada la resistencia y tiroteo por parte de la masa popular. El jefe de la Batería fue herido y decidieron marcharse en dirección a Espejo. Mientras tanto, los guardias acuartelados en compañía de un grupo de propietarios, como los conocidos hermanos Navajas, no se atrevieron en ningún momento a salir a la calle para apoyar a los fusileros de Córdoba. Los terratenientes estaban muy temerosos por los duros conflictos que aquella primavera habían mantenido con los campesinos castreños. El día 21, la llegada de un camión de mineros de Linares en ayuda de los campesinos de Castro puso fin a la sublevación en el pueblo, dando comienzo a la revolución anarcosindicalista. La zona de Espejo y Castro del Río, en plena campiña cordobesa, fue donde la revolución alcanzó mayor grado de coordinación y resistencia frente a los ataques de los militares sublevados. Numerosas columnas enviadas por Queipo de Llano y Cascajo se estrellaron ante la resistencia anarquista. En Castro del Río los campesinos de la FAI y de la CNT fueron los protagonistas de los acontecimientos. Los mineros de Linares y La Carolina, anteriormente citados, venían provistos de gran cantidad de dinamita. Desde los tejados próximos arrojaron artefactos de fuego al cuartel. Desde el Cuartel se arreció la defensa, cuyos disparos causaron la muerte de dos obreros (Jacinta Romero y un tal Pepinito ). Por parte del bando derechista murió por un disparo Dolores Doncel Medina, esposa de Mateo Navajas, uno de los sublevados. Además ese mismo día 21 de julio cayeron mortalmente heridos los propietarios (un número de 12) que se encontraban acuartelados. El día 22, el resto de sublevados del Cuartel efectuó una salida desesperada. La mayoría murieron en la huida, consiguiendo huir el teniente, el propietario Mateo Navajas y algún otro. Otro grupo, el sargento, el falangista Juan R. Cubero y dos guardias se refugiaron en el Cortijo El Garabato donde mataron al vigilante de los depósitos de agua. Estos, cuando se vieron cercados, se suicidaron. Así terminó la lucha por hacerse con el dominio del pueblo. En Castro se declaró inmediatamente el comunismo libertario: supresión de la moneda, incautación del dinero del banco, de las fincas rústicas, que se entregaron a la CNT para su explotación colectiva, incautación de víveres, armas e inmuebles. Las iglesias e imágenes religiosas fueron quemadas. En las calles de Castro el júbilo popular era desbordante. Los colores rojo y negro de la confederación lucían por todas partes. Todos los productos de consumo requisados se concentraban en los Centros de Abastecimiento. La composición del Comité Revolucionario era: Antonio Elías Herencia, Alfonso Nieves Núñez, José Dios Criado, Juan Gómez Gutiérrez, Manuel Castro Merino, Pedro Calvo García, Francisco Recio Rojano, José Porcel Rivas. Castro del Río, una vez que los pueblos de alrededor cayeron en manos de los sublevados, recibió una auténtica avalancha de refugiados. Por otra parte, los castreños tuvieron que hacer frente a numerosos ataques de las fuerzas nacionales; el más importante el efectuado por el general Varela, realizado el día 6 y 7 de agosto, que apareció por la carretera de Nueva Carteya. El grueso de la columna estaba formado por moros marroquíes. Su acción estuvo apoyada por Artillería y aviación de castigo. Mientras que se desarrollaba la lucha las represalias que se aplicaron por parte de la columna del general provocaron la muerte de la familia de Rafael Medina (padre, hijo y nieto), Rafael Garrido, Rafael Zamora y su hijo, Millán García y Carmen Lozada y su hijo. El ánimo de resistencia de los anarquistas de Castro del Río fue inusual. El puesto de los milicianos caídos era ocupado inmediatamente por otro y hubo mujeres que también empuñaron las armas en las barricadas. Sin embargo, en la noche del 7 de agosto muchos campesinos empezaron a considerar su causa perdida y organizaron la retirada hacia Bujalance. Antes, un grupo de milicianos asesinaron a algunos empleados de la Fábrica Carbonell , entre ellos al apoderado D. Julio Trenas Cosano. Aquella misma noche también se retiró Varela, considerando Castro del Río inexpugnable, al enterarse de esta retirada, muchos de los campesinos que habían marchado a Bujalance regresaron. En cuanto a las víctimas de derechas habidas en Castro durante la dominación obrera, el Diario de Operaciones del Ejército del Sur habla de un total de 70 (entre ellas 4 curas, 6 guardias civiles y gran parte de los propietarios y de los labradores del pueblo, como Antonio Navajas Moreno). Sin embargo la causa general sólo contabiliza 34 derechistas fusilados, en los documentos del general Cuesta se establece la cifra de 81 muertos de derechas. Entre las víctimas de izquierdas debemos decir que 26 presos llevaron a córdoba el 20 de julio y fusilados allí mismo, 1 fusilado en Castro a las afueras, 7 u 8 que mataron los moros el 6 de agosto, 2 el 7 de octubre, en total 37 personas fusiladas de izquierdas sin contar los muertos en combate. A partir del 19 de agosto, en que se presentó en la zona Pérez Salas, la lucha obrera de Castro perdió su carácter localista, adquiriendo mayor envergadura a nivel provincial. Perdido Espejo, la defensa de Castro del Río, situado a unos siete Kilómetros, era imposible. El 24 de septiembre se inicio la descomunal evacuación de Espejo y Castro de la totalidad de la población civil y combatiente en dirección a Bujalance. En la noche del 25 al 26 de septiembre aún hubo lugar para las represalias contra derechistas, aproximadamente17 según el Registro Civil. Al amanecer del día 26 las fuerzas de Sáenz de Buruaga, Baturone y Sagrado entraron en Castro sin ninguna resistencia. Ya el día anterior por la tarde se había realizado una incursión de las fuerzas rebeldes en Baena. Después de esta ocupación quedaron guarnecidos por el batallón del Gran Capitán y una batería del 7,5. Por otro lado la s fuerzas republicas se rehicieron sus efectivos en la localidad de Bujalance, donde se estableció Pérez Salas, conviviendo con tropas regulares los milicianos del 2º Batallón de Jaén Y las centurias de la FAI-CNT, que se agruparon en la columna de Andalucía - Extremadura La represión en Castro del Río: La represión de posguerra en Castro fue una de las más sangrientas de la provincia. Las cifras entre 1939 y 1940 se cuantifican en 181. Aunque en Castro se fusilaron a bastantes de Espejo, Baena, Luque y alguno de Priego. A las 3 y 4 de la tarde se producían las ejecuciones en el cementerio, los 11 primeros cayeron el 11 de junio. El 19 de noviembre fueron fusiladas 6 personas, entre ellas Antonio Márquez Bello El Chino . El 25, 10 personas fueron asesinadas, entre las que se encontraba José Cañasveras Villatoro. La madrugada del 5 de diciembre de 1939 fueron fusiladas 6 personas, encabezadas por Manuel Castro Merino el abogado de los pobres , en la tapia del cementerio. Otro prisionero, Francisco Torronteras García, se cortó las venas. Anteriormente, el 11 de mayo, el campesino Felipe Aguilera Arroyo, se suicidó metiendo la cabeza en una letrina de la prisión. En la prisión del convento de Las Monjas, José Sánchez Sánchez, puso fin a las torturas que sufría arrojándose a un pozo. En 1940 continuaron los fusilamientos, el 26 de enero mataron a 7, al conserje del centro obrero José Sánchez Rosa, y a José Navajas Pérez ( Barreto ). El 10 de abril cayeron 18, entre ellos estaba Diego Prados Bracero. El 13 de mayo, 4 fusilados, como Alfonso Criado Garrido. El 18 de mayo, Rafael Moreno Herencia Maruca y Alfonso Camargo Ortega. El 4 de junio mataron a José Porcel y a José Sánchez Alcántara. Las últimas ejecuciones en Castro del Río tuvieron lugar en septiembre, días después se trasladaron los presos a Córdoba donde continuó la represión: el 30 de septiembre, José Dios Criado, uno de los principales dirigentes anarcosindicalistas de Castro y perteneciente al Comité de 1936; también del Comité, pereció el cenetista Lucas Centella Aranda. Toda la masa obrera, anarquistas en su mayoría, que se había marchado a zona republicana durante la guerra, fueron apresados al terminar ésta. El Depósito
Municipal quedó abarrotado enseguida y se habilitó como cárcel el Convento de Santa María de Scala Coeli. En Castro se concentraron presos de otros muchos lugares como Espejo y Baena. A finales del verano de 1940 se llevó a cabo la concentración de todos los presos de la provincia en la prisión provincial de la capital, en el Alcázar de los Reyes Cristianos y más tarde en la cárcel nueva. En la cárcel de Castro o Convento de las Monjas se propinaron palizas a los detenidos. Según Francisco Merino Cañasveras, las palizas tenían lugar durante los interrogatorios y allí actuaban como verdugos los Gallito , los Blanca y los Potrilla . Muchos presos morían por los golpes como es el caso de Juan Rojano. Algunos intentaron huir como Andrés López El Colorín al que descubrieron y fusilaron. Los Juzgados Militares: En Castro del Río existió un juzgado militar al frente del cual se encontraba como juez instructor el Comte. Luís Córdoba García. En Castro, como en otros muchos lugares, había una relación familiar entre el juez militar y víctimas de derechas, como fue el caso de Manuel Criado, cuyo suegro José Luque Jiménez y cuñado Juan M. Luque Quintero habían sido asesinados. En relación a los consejos de guerra, éstos tuvieron lugar en el Hospital de Jesús Nazareno. Tras la toma de Peñarroya, en Octubre, la tensión se situó en Madrid, ya que desde el 6 de noviembre Franco estaba asediando la Capital. Así que se vivió una cierta tranquilidad y se produjo a estabilizar los frentes a manos de ambos bandos, sobre todo con pequeñas operaciones militares en algunas zonas. El día 21 de octubre se intentó un ataque a Castro del Río de mano de los republicanos y provocó la alarma en el cuartel general de Queipo de Llano que hubo de trasladarse a Córdoba, las milicias de Alejandro Peris, jefe del sector de Bujalance, junto con las milicias confederadas, la artillería de Pérez Salas y del capitán Blanco, se habían lanzado contra Castro. Atacaron con artillería y aviación y el ejército sublevado se tuvo que replegar al pueblo. Desde Priego acudió en socorro la columna de Baturone, y el coronel Sáenz de Buruaga tomó el mando de las fuerzas franquistas, mientras que la aviación republicana no cesaba de castigar a Espejo y Baena. y a las columnas enemigas que se acercaban a Castro. Además de la llegada constante de refuerzos republicanos desde la carretera de Bujalance. Pero en la tarde del 22 de octubre se formó una contraofensiva al mando de los tenientes coroneles Bartomeu y Luis Redondo, que en la madrugad del 23, avanzando desde Santa Cruz, se acercaba a Castro, Peris viendo la imposibilidad de tomar castro que estaba defendido por Baturone y observando la llegada de los regulares y los requetés decidió la retirada. El 23 finalizó con el duro ataque de dos días, los milicianos de la FAI-CNT derrocharon valor al igual que lasa tropas regulares de Pérez Salas. En el campo dejaron 65 muertos y algunos heridos y prisioneros.
Fuentes
* BEDMAR GONZÁLEZ, Arcángel: Informe histórico sobre la posible existencia de una fosa común de la Guerra Civil en la finca de Santa Rita de la localidad Castro del Río (Córdoba). Lucena, 29/01/2015.
https://arcangelbedmar.files.wordpress.com/2016/08/informe-histc3b3rico-fosa-castro-del-rc3ado.pdf
* FORO CIUDADANO POR LA RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA: Mapa de fosas de Córdoba. Informe sobre las fosas comunes de la represión franquista en Córdoba y provincia.
* ROMÁN ROMÁN, Jesús y GUIJO MAURI, Juan Manuel: Intervención arqueológica para la localización, delimitación y exhumación de una fosa común con víctimas de la represión franquista en el paraje conocido como Santa Rita. Sevilla, El Bosque, 12/07/2017.
https://www.juntadeandalucia.es/export/drupaljda/informe_Castro_del_Rio.pdf
Bibliografía
* GARROT GARROT, José Luis: Los verdugos de Franco en la Guerra Civil. Los verdugos de Andalucía (II) Ramón de Carranza, Baturone, Bohórquez, Cañero, Buiza ,etc…. asambleadigital.es.
https://asambleadigital.es/los-verdugos-de-franco-en-la-guerra-civil-los-verdugos-de-andalucia-ii-ramon-de-carranza-baturone-bohorquez-canero-buiza-etc/