Pascual Collado Jiménez.
“Mi padre recuerda y mi tía África también la sangre roja, el tiro, el ruido del tiro y mi padre dice que no se le olvida la sangre roja corriendo por los escalones del patio. Mi padre no llegó a ver el cadáver, porque no se acuerda, pero sí se acuerda de la sangre roja. Siempre lo decía, fue uno de los milicianos que les hicieron frente. Por eso tú estás diciendo, en Jimena hubo frente, duro una mañana, duró un día. Y esa persona muerta en el choque, pues también puede estar en el cementerio. El nombre se desconoce. No sabemos quién es”.
“Yo me acuerdo mucho de la dignidad de mi tía Lucía, mi tía Lucía, todavía en tiempos de la dictadura, pasó uno de los que le dieron al gatillo, de los que iban en el pelotón, pasó por delante de la casa de mi tía y ella se dio cuenta y le dijo mi tía Lucía (No quiero añadir el insulto): ¿Cómo te atreves a pasar por delante de mi puerta, asesino? No vuelvas a pasar por aquí, no se te ocurra pasar por aquí. Esa persona no volvió a pasar por allí, porque la parada del autobús de Jimena estaba al ladito. Esa persona no volvió a pasar por la puerta. Pasaba por enfrente. Esa persona la denunció en el cuartel, pero del cuartel no le llegaron a notificar a mi tía nada. Era más que evidente. Eso era a principios de los setenta. Ella tuvo la dignidad y la valentía”.