Relato histórico
El teniente de la Guardia Civil de Priego secundó la rebelión desde el mismo día 18 de julio. El entonces alcalde, Francisco Adame Hernández, propietario y nicetista, se adhirió también, al frente de todos los nicetistas de Priego. No se produjo el menor gesto de oposición obrera. Además, las organizaciones obreras de Priego y su zona no habían presentado la menor combatividad en ningún momento. La unanimidad entre Guardia Civil y Ayuntamiento se mostraba tan sólida que el alcalde continuó en sus funciones normalmente, y no se pensó fuera necesario incautarse del Ayuntamiento, destituyendo la Corporación, como había ordenado Cascajo a todos los puestos de la Guardia Civil. Pero el 22 de julio llegó a la ciudad José Tomas Valverde Castilla, tradicionalista de Renovación española y conspirador en la capital a las órdenes de Calvo Sotelo y de José Cruz Conde, todos representantes de la extrema derecha. El alcalde antes republicano siguió en sus funciones, pero con el 18 de julio llegaron las vacas flacas para los nicetistas. Aunque su adhesión a la sublevación era sincera, debían purgar su educación republicana. El 3 de agosto Valverde volvió a Priego, ahora con un programa más preciso para la reorganización política de la ciudad. Tres eran los objetivos de este viaje: destituir el Ayuntamiento, armar convenientemente al vecindario adicto y presentar al nuevo comandante militar de la plaza, teniente Roldán Écija. Finalmente se procedió a organizar a los paisanos armados en unidades de Infantería y Caballería. Estas columnas se extendieron por todos los pueblos de los alrededores, con lo que la sublevación quedó consolidada en todo el cacicato . El 10 de agosto guardias civiles y falangistas con armamento enviado de Sevilla, al mando del teniente Roldán Écija, que fue nombrado por Cascajo comandante militar de la plaza, se ocuparon de consolidar la ocupación de los pueblos de alrededor como Fuente Tójar, Alcalá la Real (Jaén), Algarinejo (Granada) Luque, Lojilla (Granada), y el 20 de agosto ocuparon la aldea de El Higueral. Campesinos inocentes y ajenos a todo comenzaron a ser fusilados desde el mes de agosto. En el Registro Civil aparecen 19 víctimas. Se fusiló en los alrededores de Priego y en las carreteras próximas, contándose entre las víctimas numerosos campesinos de las aldeas y que no constan inscritos, ni tampoco otros fusilados de pueblos próximos que acabaron sus días en la cárcel de Priego. No constan víctimas de derechas.
