Relato histórico

En los primeros días de febrero de 1937 se advierte la concentración de tropas en distintos puntos de la zona ocupada por las fuerzas sublevadas y el 5 de febrero de 1937 a las 6:30 de la mañana da inicio el avance del ejército rebelde. Organizado en columnas, realiza un movimiento envolvente que le permitirá abrirse paso rápidamente, favorecido por la falta de armamento en las filas republicanas, y llegar a la capital el día 8 de febrero, pocos días después los rebeldes consiguen afianzar su control sobre el territorio, sofocando los núcleos de resistencia y cerrando la salida hacia Almería. El objetivo prioritario de la estrategia rebelde fue la toma de la capital, por lo cual se centraron en avanzar rápidamente, para ello debieron dejar pendientes de ocupación algunas poblaciones, como es el caso de Pizarra que cae junto con Coín y Alhaurín el 11 de febrero, a pesar de que la vecina Álora había sido tomada cuatro días antes, el 7 de febrero. Se abre, de este modo, un nuevo capítulo en la historia de Pizarra que va a estar marcado por la dureza de la represión, la escasez y la inseguridad de los vecinos ante un gobierno totalitario que les sustrajo sus derechos y libertades, colocándolos en una posición de absoluta indefensión ante la arbitrariedad de la legislación franquista.