Relato histórico
Pedro Abad, a pesar de su situación en la carretera nacional y de la fortaleza de los guardias de asalto de Jaén, quedó en manos de los insurgentes el 18 o 19 de julio. Su éxito fue efímero, porque el día 21 el pueblo volvió al control gubernamental. El día 22 de Julio tuvo lugar una expedición de castigo sobre el pueblo de Pedro Abad, con objeto de rearmar a la Guardia Civil y personas de derechas, ya detenidos por la masa obrera, y al mismo tiempo, fortalecer la situación en El Carpio. Iban dos baterías, más una sección de guardias de Asalto de Huelva, todos al mando del Comandante Aguilar Galindo. Este inició en Pedro Abad sus métodos inexorables, ordenando fusilar a 14 vecinos del pueblo, para escarmiento de los izquierdistas, que habían matado a otras 14 personas de derechas en la prisión. Concluidas estas escaramuzas sangrientas, la columna de Aguilar Galindo regresó a Córdoba, sin ningún resultado positivo en Pedro Abad, que volvió al dominio frente populista. El 21 de Julio quedó sofocada la sublevación., desarmada la Guardia Civil y detenido el personal de derechas, contando los vecinos con ayuda de milicianos de Jaén, sobre todo de Santa Elena. No había ocurrido ningún exceso en el pueblo, cuando el día 22, a media mañana, apareció de improviso una columna facciosa no muy numerosa, llegada de Córdoba con la misión de rearmar a la Guardia Civil y fortalecer la posición de El Carpio. El comandante Aguilar Galindo mandaba la tropa. La alarma en el pueblo fue enorme y se produjo la desbandad general, pero varios exaltados se lanzaron antes contra el local de la calle Ferrer Guardia, donde se hallaban los presos de derechas, y los tirotearon por las ventanas. Murieron 12 y otros dos fueron abatidos en la calle. Inmediatamente el comandante ordenó la represalia. La tropa realizó una batida por el pueblo hasta que reunieron a 14 vecinos a los que pasaron por las armas. Sus cadáveres quedaron ala salido del pueblo, rociados con gasolina e incendiados. Consumadas estas acciones y comprobando la imposibilidad de mantener el dominio de Pedro Abad, la columna facciosa inició la retirada, pero sufriendo el tiroteo de los milicianos que merodeaban por el lugar, los cuales causaron la muerte de un paisano derechista de la columna y heridas a tres soldados. El 22 de diciembre fue un día aciago para la causa republicana en los frentes de Córdoba. Un infernal Waterloo y un desastre sin precedentes. La columna franquista de Luis Redondo avanzó al amanecer desde Bujalance. Tomo la aldea de Morente y el pueblo de Pedro Abad, cortando así la retirada por la carretera nacional a los republicanos atrincherados en la en la zona del Carpio, sin otra salida ya que el puente de Villafranca o las aguas heladas del río Guadalquivir. Allí se vieron y se desearon el Regimiento de Garces y el Batallón de Villafranca además otras milicias, todas al mando del Comandante López Gómez. En la mañana del 22 enfilaron hacia El Carpio, mientras una columna organizada rápidamente en Córdoba, al mando del Comandante López Tienda, con su bandera de Falange y otra de Canarias, rompía el Frente por las Cumbres en dirección a Villafranca, siguiendo la margen derecha del Guadalquivir.
