Relato histórico
Entre el 19 y el 23 de julio, al tener ya la evidencia de la sublevación de la capital de Granada, las milicias de Montefrío se constituyeron en Comités revolucionarios actuando como líderes carismáticos en esta población Antonio Blanco, Antonio Mira y Antonio Amor. Una de las primeras medidas que tomaron fue la de requisar los aparatos de radio, coches y camiones, así como los explosivos y municiones que algunos comercios tenían en calidad de depósito. El comité se hallaba instalado en el Ayuntamiento, relevándose sus miembros cada diez horas con objeto de que no faltase una dirección permanente. A la movilización de las organizaciones antifascistas, los sublevados respondieron con acciones esporádicas del centro a la periferia. Como consecuencia, en los últimos días de julio, una columna mixta de soldados, Guardias civiles, de Asalto y falangistas ocuparon Íllora y sus alrededores; un importante número de obreros huyó a la sierra, mientras en la población se desataba una cruel represión. Consecuentemente el 25 de julio los nacionales consiguen excluir del poder local de Íllora al grupo político elegido democráticamente, nombrándose un Gestor único del Ayuntamiento. Entre los huidos se constituyó un Comité revolucionario y una sección de Caballería al mando del alcalde socialista Juan Serrano y el diputado socialista Nicolás Jiménez. El grupo trató de interceptar el avance de los sublevados, destruyendo un puente en el Cerrillo de Charcón, junto a la carretera comarcal que conduce a Montefrío, misión que no pudieron culminar con éxito, pues Montefrío se ocupaba en la tarde del 28 de julio de 1936. La ocupación de Montefrío fue efímera al penetrar desde el mismo 2 de agosto columnas anarquistas malagueñas, vía Loja, columnas murcianas y de Guadix. A partir del día 8 de agosto la Comarca de Montefrío permanecerá en manos de los gubernamentales, control que se prolongará hasta la ofensiva nacional desencadenada entre el 17 y 22 de septiembre de 1936. Durante los dos meses escasos que Montefrío quedó en manos del Comité Revolucionario, se encarcelaron 123 personas de derechas -82 hombres y 41 mujeres-, habilitándose como cárcel popular el edificio del matadero o Pósito. Todos los comercios fueron incautados, así como las cosechas y tierras de los miembros del Sindicato Agrario. En los locales del Ayuntamiento se instala, a las órdenes del Comité Central, un Comité de Abastecimientos, que expide los vales de consumo puestos a disposición de las organizaciones de izquierdas y que se reparten entre todos los vecinos para la adquisición de víveres. Se había abolido el uso de la moneda, medida que se reitera en toda la provincia. El 20 de septiembre de 1936 las fuerzas sublevadas se distribuyeron en tres columnas que confluyeron en el pueblo. Los defensores gubernamentales se marcharon con dirección a Alcalá la Real, pero unos cuantos defendiendo siguieron resistiendo, siendo abatidos por los soldados; murieron cinco personas. Será a partir de septiembre de 1936, cuando comience a funcionar la maquinaria de la depuración. Sin embargo, este castigo no será ejercido únicamente por el personal militarizado, sino que habrá personal civil que se prestará voluntario a ello, aunque la mayoría esperará hasta el final de la contienda en previsión de que vuelvan a cambiar las tornas. En Montefrío, sólo en el mes de septiembre de 1936 murieron 33 personas sin pasar por ninguna clase de juicio ni nada parecido. El número de fusilamientos, fuera de la jurisdicción militar, se reduce notablemente entre 1937 y 1938, encontrándonos en 1939 un nuevo aumento de las ejecuciones, las cuales se producen el 5 e enero de 1939. Éstas últimas muertes, por la edad y diversidad de procedencia de las víctimas, nos hace suponer que se trataba de un grupo de jóvenes que había sido capturado durante la contienda.
