Relato histórico
El caso de Santaella fue muy singular. Habiéndose marchado la Guardia Civil a La Rambla, el Frente Popular siguió realizado sus funciones, con su alcalde socialista al frente, Francisco Serrano de Diego. La vida del pueblo siguió casi con toda normalidad, salvo la huelga que mantenían los jornaleros del campo en protesta por el golpe del 18 de julio. Durante la estancia de la Guardia Civil en La Rambla, sus familias no sufrieron daño alguno en Santaella. El mando pacífico ejercido por la Casa del Pueblo, bajo la iniciativa del alcalde, se mantuvo varias semanas, a pesar de que en una ocasión el comandante militar de La Rambla hizo una descubierta por Santaella y clausuró la Casa del Pueblo. Solo esta tranquilidad se alteró cuando el pueblo quedó bajo control militar y se practicaron varias decenas de fusilamientos. El alcalde socialista Francisco Serrano de Diego, debido a la huelga, realizó grandes esfuerzos para que no se perdiera la cosecha y dio órdenes para evitar daños irreparables en el ganado abandonado. Por lo demás tal había sido el clima de tranquilidad en el pueblo que la columna del teniente Osuna tuvo el gesto insólito de confirmar en el puesto al alcalde socialista, dado su comportamiento de haberse puesto al servicio de la Guardia Civil y a que no se alteró el orden . La primera víctima de Santaella fue Valentín Martínez Aguilar, primer teniente de alcalde, que cayó en manos de los falangistas el 14 de agosto, cuando pretendía marcharse por la puerta trasera del Ayuntamiento. Ese día una columna facciosa que procedían de Écija y compuesta por fuerzas de la Remonta , Guardia Civil y Falange, al mando del teniente Fernando Osuna Doblas se hizo con Santaella, La Rambla y Montalbán. En realidad, ya el 30 de julio había perecido en La Guijarrosa Francisco Carmona López, por aplicación del bando de guerra. Con la perdida del la zona de Santaella, la República perdió gran parte de la Campiña. Dos fuentes tenemos para la cuantificación de las víctimas en Santaella: el Registro Civil, que inscribe solo 13 víctimas en 1936, y en segundo lugar, un informe del Ayuntamiento, fechado el 5 de octubre de 1983, completamente fiable, con una relación de 32 fusilados. La ejecución más numerosa fue la de la madrugada del 10 al 11 de septiembre, en el cementerio de la aldea de La Guijarrosa. Se practicó aquella noche una redada entre el pacífico vecindario y unos 17 hombres fueron trasladados en un camión al cementerio citado, donde fueron asesinados. El día anterior, el alcalde socialista, Francisco Serrano fue cesado. El nuevo alcalde fue Francisco Rodríguez Amaya. Francisco Serrano fue detenido el 20 de octubre sin ninguna justificación, al día siguiente lo condujeron a Córdoba y en la madrugada del 26 cayó fusilado.
