José Luis Sánchez Riquelme fue entrevistado en la Casa de la Memoria de Jimena el 17 de septiembre de 2019. Dio información sobre su abuelo FERNANDO RIQUELME PÉREZ, de su hermano, tío abuelo del entrevistado, MANUEL RIQUELME PÉREZ, y de un cuñado de Fernando, hermano de la abuela del entrevistado, SALVADOR MORA DELGADO.
“Ella dice que (lo mataron) seguro en San Roque porque había un vecino allí en San Pablo que incluso le dijo que no se preocupara que él era el que le había dado el tiro de gracia a todos: al cuñado, al hermano y al marido. Y que había sido en una zona del arroyo Madre vieja a la entrada de San Roque. Era uno de esos que había, de esos chivatos que había en aquella época que se vestían de guardia, que sacaban a la gente. José era, pero el apellido no lo sé. (¿Vivía allí en San Pablo, era vecino?) Sí, sí, sí. Toda la vida (¿Tu abuela ha estado viviendo al asesino de su marido y su hermano?). El hombre se lo dijo como una gracia, una gracia vamos, para que estuviera tranquila. Entones, hasta cierto punto ni ella mismo sabía si eso era cierto, si no era cierto, si lo fusilaron en San Roque, si lo fusilaron aquí, o dónde. La verdad es que a ciencia cierta nunca hemos sabido nada. Desde que se los llevaron de aquí de la cárcel, nunca han sabido nada”.
“Pero de Casares siempre contaba que el barco les pegaba zambombazos allí por la zona que iban por la carretera y tuvieron que meterse en el monte. Monte arriba atravesaron por Alhaurín, Coín, Alharuín, tú fíjate por donde se metieron, hasta llegar a Málaga. Y desde Málaga ya después se volvieron para acá. Decía que eran dos barcos y aviones y bombardeaban toda la fila de gente huyendo, la gente que iba huyendo de aquí porque iban pegando tiros los moros y matando a todo Dios, entonces salió todo el mundo pitando y se tuvieron que meter, dejar la carretera de la costa y meterse por dentro del monte a escondidas y fíjate por donde pasaron para llegar a Málaga. Eso me lo contaba mi abuela”.
“(…) Cuantos chismes que nos cuentan los políticos ahora de que la memoria histórica causa rencillas entre la gente… No, no, eso no es verdad, rencillas, no. Y yo creo que en casi todos sitios es igual, gente que sabe que su abuelo o incluso su padre ha sido el culpable de matar al abuelo o padre o del otro y sin embargo, ninguno de los dos tienen culpas… O sea, que…Y nos hemos llevado bien en un pueblecito con pocos habitantes y sabiendo quien era cada uno. No había rencillas. Cuando alguno de estos se murió hubo gente que se pasaron tres o cuatro días borracho, en la misma puerta… Pero eso no tiene nada que ver… Celebrándolo. Ese tipo de gente lo ha habido en todos los pueblos, en San Pablo, Jimena, Cortes, o en cualquier pueblo. Las autoridades de entonces e lo permitían y los protegieron después. Pero toda esa gente después ha vivido muy bien, toda esa gente no ha tenido que irse a Alemania o a Francia para hacer su casa, siempre han vivido bastante bien, siempre han tenido un… Igual no multimillonarios, pero sí han tenido un sustento fácil. Ésa es la realidad. Todos tenían algo, hubo poca gente que no tuviera nada. Ésa ha sido la diferencia”.
“(…) allí había una caseta y un paso a nivel, una caseta de Renfe con un guarda y todo, eso era una vereda que es la que iba por donde está el vivero de San Pablo, pues la entrada que hay a San Pablo por ahí que cruza la garganta y cruzando la garganta ahí es donde estaba la era de los llantos, que le pusieron, porque ahí se reunían todas las mujeres de las que se habían llevado a… Las mujeres y los familiares, primos, hermanos, madres. Allí había de todo, La era de los llantos”.
“Mi abuela contaba que cuando se ponían a echarle de comer a las gallinas, le echaba afrecho, le echaban comida encima para que cuando vinieran los presos se lo comieran ellos en vez de las gallinas. El afrecho. Y lo tenían prohibido, si la llegan a coger la fusilan también. Pero se la jugaba y le echaba el afrecho de las gallinas con coscorrones de pan duro, se lo ponían allí para que lo cogieran los presos. Es que no les daban de comer, no les daban de comer, venían trabajando y cuando se morían a la cuneta y tierra encima. De aquí a Ronda las cunetas no veas cómo están. Yo a mi tío le preguntaba tú has visto gente de morirse y me decía: bueno, casi todos los días, casi todos los días. Yo siempre he escuchado lo mismo que no les daban de comer. Estaban trabajando mientas aguantaba y después se morían y a tomar por culo. Y ahora vienen a derogar la ley, ya se han atrevido a pedirlo. Sería vergonzoso”.