Relato histórico

Prácticamente casi toda la Campiña quedó fuera del control del Gobierno. El único pueblo en el que hubo adhesión a la República por parte de la fuerza pública fue Carteya. El caso de este pueblo fue curioso porque tres veces perteneció a los leales y otras tres a los sublevados. El sargento de la Guardia Civil permaneció leal a la República hasta que fue apresado por los rebeldes. No se tomaron más medidas que la detención de 36 derechistas que los llevaron a la iglesia. El día 20 la columna de Asalto y Guardia Civil ocupó Nueva Carteya hasta la madrugada del 21, pero regresó a Córdoba, llevándose al sargento y a los presos. El 21, por tanto, los obreros controlan de nuevo el pueblo y declaran el comunismo libertario . La mañana del día 28, a pesar de que en el pueblo la revolución había transcurrido pacíficamente y no había habido ni una sola víctima de derechas, la columna de Sáenz de Buruaga empleó una gran dureza. Los carteyanos intentaron una breve resistencia y el tiroteo produjo alguna baja entre los moros. En seguida abandonaron el pueblo y entró Buruaga. Tras ordenar un castigo ejemplar a los marxistas y hacer fusilar a un grupo de vecinos, la columna siguió para Baena, dejando una pequeña guarnición. Ésta tuvo que retirarse el 30 de julio dando paso, de nuevo, al dominio del frente popular. Hasta que el 29 de septiembre los sublevados ocuparon el pueblo de forma definitiva.