Relato histórico

Situación de Baena a partir del 19 de julio de 1936: Una vez que la rebelión triunfó en la capital (18 y 19 de julio), la mayoría de los puestos de la Guardia Civil de la provincia obedecieron las órdenes del Coronel Cascajo (director de la sublevación en Córdoba), para que se proclamara en cada pueblo el bando de guerra, se clausuraran las Casas del Pueblo y se tomaran los Ayuntamientos. El panorama que ofrecía la provincia de Córdoba era bastante irregular, pero favorable a los insurrectos: de los 75 pueblos, 47 se sublevaron (35 de la campiña, entre ellos Baena, y 16 de la Sierra). En Baena, según el Teniente Fernando Rivas, la sublevación de la derecha y la guardia civil se venía preparando con antelación. El teniente de la Guardia Civil Pascual Sánchez Ramírez había iniciado una campaña para dotar de armamento a los propietarios, se habían nombrado jurados a destacados falangistas y el Círculo de Labradores había efectuado la compra de 4.000 cartuchos de rifle además de esconder en el cuartel 10 cajas de cartuchos de mosquetón. El domingo 19 por la mañana Pascual Sánchez publicó el Bando de guerra y se incautó del Ayuntamiento. Sin embargo, a esas horas una gran masa de segadores estaban abandonando sus tareas y armados con hachas, hoces, palos y escopetas se dirigían al pueblo. Muchos de estos obreros se concentraron en el cortijo Las Beatas , pero fueron dispersados por un grupo de guardias al mando del cabo Ferrero. En la noche del día 19 los campesinos de la FAI-CNT se habían introducido ya en algunas calles del pueblo. Los que apoyaban el levantamiento nacional se situaron en sitios estratégicos de la ciudad; el núcleo defensivo se estableció en la plaza del Ayuntamiento, el hospital Jesús Nazareno, el convento de la Madre de Dios y el castillo. Los anarquistas colocaron su puesto de mando en el Asilo San Francisco. El avance de los campesinos era lento pero eficaz, su táctica era pasar de unas casas a otras abriendo orificios en los tabiques. A su vez, comenzó una oleada de detenciones de los familiares de las personas que se encontraban en el Cuartel, que eran llevados al Asilo de San Francisco. El 23 de julio los obreros atacaron el puesto defensivo de la Iglesia de Santa María la Mayor y el convento Madre de Dios incendiando parte de la primera. Los derechistas se retiraron al hospital Jesús Nazareno. El hospital era atacado constantemente mediante bombas y dinamita gracias al auxilio de los mineros de Linares. El día 28, tras prender los anarquistas fuego al hospital, sus ocupantes lo abandonaron. En el momento en que los anarquistas preparaban el ataque definitivo al Cuartel entraron las fuerzas de Buruaga, formada por Infantería del Regimiento de Lepanto de Granada, Guardia de Asalto de Córdoba y Huelva, Guardia Civil, dos Baterías de Artillería, Ametralladoras y dos secciones de la Legión y una compañía y escuadrón de Regulares en vanguardia. Se detuvieron en Nueva Carteya donde hubo tiroteo y fusilamientos y por la tarde se desplegó la columna por el sur del pueblo, a las cinco atravesaba el arroyo Marbella e iniciaba la ocupación. Entraron por el Pilancón o Fuente de Baena . El teniente Pascual Sánchez hizo fusilar de inmediato a 5 rehenes que tenían en la azotea. A continuación tuvieron lugar una serie de hechos, aún hoy sin esclarecer, pero que dejaron 81 muertos de los presos de derechas que estaban retenidos en el Asilo de San Francisco y un número indefinido, por su gran magnitud, de fusilados (la opinión pública de Baena habla de entre 700 y 2000) en la Plaza del Ayuntamiento por la columna de Sáenz de Buruaga entre los días 28-30 de julio. El ceremonial era siempre el mismo, tendidos en frente del casino, los detenidos eran tendidos en el suelo, se les ponía un sello y se les daba un tiro en la nuca. El teniente Pascual Sánchez Ramírez mataba a diestro y siniestro, cuanto terminaba una fila, comenzaba otra. mientras, las patrullas de sublevados del pueblo recorrían las calles enviando a todo hombre que se encontraban. El mismo día 28 se fusilaron a 80 personas matados por Pascual Sánchez además de más tandas más, y otras el 29 y el 30, después los llevaron al cementerio. El 1 de agosto se constituyó el nuevo Ayuntamiento de Baena, del que se nombró alcalde a un militar de la localidad, el Teniente Coronel Rafael de las Morenas Alcalá. El 5 de agosto, mientras se intensificaba el cerco republicano sobre la localidad de Adamuz, el general Miaja decidió enviar una sección poco importante para la reconquista de Baena. Compuesta por fuerzas de Asalto y varios camiones de Milicias, todos bajo el mando del diputado socialista Alejandro Peris y la asesoría técnica del capitán Huelmes. Atacaron la ladera sur, en dirección al castillo y el hospital, se hicieron enseguida con las posiciones. Para batir a los rebeldes que estaban concentrados en el Ayuntamiento, el cuartel y la Telefónica. El teniente Pascual Sánchez decidió un último contraataque, llegando a combatir cuerpo a cuerpo y adueñándose de la posición. Por la noche se incrementaron los ataques. Y el número de víctimas hizo mella en las tropas, así los republicanos dejaron 28 muertos frente a los 5 de los rebeldes. En la mañana del 6 de agosto las fuerzas de Miaja se retiraron a Baena, cuando se daban garantías de victoria, se habla del pesimismo de Miaja. Además de la presencia de la columna rebelde al mando de Varela que estaba atacando Castro del Río. La frustrada operación inauguró la serie de fracasos que Miaja comenzaba a sufrir en sus operaciones en Córdoba. Su táctica de pactar con los pueblos que estaban en poder de los sublevados resultó ser muy lenta e ineficaz. También el 5 de agosto los milicianos invadieron la aldea de Albendín, declarando el colectivismo, se incautaron de todo, encarcelaron a varios derechistas que enviaron a Jaén de ellos se fusiló a solo 1. La represión en Baena comenzó muy pronto. Los presos llenaban la Tercia o posada en la Carrera (al lado del Cuartel y del Ayuntamiento) pero fue necesario habilitar además el local de Plaza Vieja. En Baena se hallaban también los detenidos de Albendín, Valenzuela y Luque. A comienzos de los años 40 se les trasladó a todos al Convento de las Monjas de Castro del Río, y más tarde a Córdoba. En junio de 1939 comenzaron los fusilamientos sumariales en Baena. La ejecución más numerosa tuvo lugar el 22 de junio, con 13 víctimas, encabezadas por José Joaquín Gómez Tienda El Transío de la C.N.T. 39 personas fueron ejecutadas entre 1939 y 1940. Los Juzgados Militares: En Baena, se designó como juez el derechista Manuel Cubillo, al que habían matado esposa y 3 hijos en el Asilo de San Francisco, para asegurar así, que se depurarían todas las responsabilidades.