Relato histórico
El golpe de estado militar del 18 de julio de 1936 sirvió de acicate al campesinado de Andújar para que se organizase en milicias para la defensa de las instituciones republicanas y en contra de todos los derechistas, propietarios y partidarios de apoyar la rebelión militar en la ciudad. Se han documentado la muerte de 96 derechistas, propietarios y religiosos en Andujar durante la Guerra Civil del 30/7/1936 al 27/11/1938 a manos de las milicias Populares además de numerosas incautaciones y repartos de tierra. El fin de la guerra supuso para Andujar un punto de inflexión definitivo en la vida social y política de la ciudad. Ahora los hostigados propietarios y derechistas que aun quedaban en el pueblo fueron los cabecillas de una represión brutal que colapsaría las cárceles de la ciudad y acabaría con 93 fusilados en el Cementerio Municipal de la localidad. Para destacarse como garantes del nuevo régimen hubo gente que sin ser agraviada durante la Guerra actuó como elemento represor y como dedo acusador de muchos de sus convecinos. Así, en la ciudad iliturgitana se pudo presenciar durante estos dantescos días una escena tan curiosa como insólita: la colaboración de personas de etnia gitana con falangistas y Guardias Civiles como venganza por haberse visto obligados a colaborar en los trabajos colectivos instituidos por las milicias populares durante la Guerra, además de asegurarse de esta manera la confianza de las nuevas autoridades municipales. En 1944 el Partido Comunista se reorganizó en Andujar alrededor de una población que no había olvidado los ideales que defendieron durante la Guerra y que se vio espoleada por próxima caída del nazismo y la certeza de que la ayuda soviética llegaría a España para liberarla del yugo franquista. Este clima de cierta euforia hizo que la clandestinidad del nuevo comité provincial quedase confiada a demasiada gente, muchos de los cuales no supieron guardar el suficiente silencio para mantener en secreto esta reorganización política. Una detención en Madrid y un posterior interrogatorio fueron el comienzo de una cadena de detenciones que pusieron al descubierto todo el entramado político comunista en la comarca iliturgitana. La eficiencia de la Guardia Civil en sus interrogatorios provocó que los que aun no habían sido apresados huyesen a la Sierra con la guerrilla antes de verse en manos de tales anfitriones. Se instruyo la causa 687/45 en la que fueron juzgados todos los detenidos. El secretario general del PCE en Jaén fue ejecutado en el Cementerio de Jaén el 22/11/1945, otro enlace del partido murió apaleado durante su interrogatorio en la cárcel de partido de Villanueva de la Reina, y 20 personas más se echaron a la Sierra, de donde 9 de ellos jamás salieron al caer muertos. Además, este caso acabó con 112 condenados más a diferentes penas de cárcel. Con este fatal episodio, la resistencia política en los núcleos urbanos de la provincia desapareció hasta quedar totalmente erradicada tras el fin de las agrupaciones guerrilleras como tales a partir del año 1948.
