Relato histórico
No se sabe el número de cuerpos que puedan ocupar la fosa, ni su procedencia. Antecedentes históricos: Entre el 19 y el 23 de julio, al tener ya la evidencia de la sublevación de la capital, las milicias se constituyeron en comités revolucionarios, actuando decididamente los líderes carismáticos: Juan Doña en Brácana. Una de las primeras medidas que tomaron fue la de requisar los aparatos de radio, coches y camiones, así como los explosivos y municipios que algunos comercios tenían en calidad de depósito. El comité se hallaba instalado en el Ayuntamiento, relevándose sus miembros cada diez horas con objeto de que no faltase una dirección permanente. Prensa: El sábado 1 de agosto habían llegado a Brácana unos 200 hombres de Málaga, que entre coches de turismo y camiones ocupaban veinte coches. Llegaron a las nueve de la mañana y la Guardia civil y falangistas del pueblo les hicieron resistencia que duró más de una hora. Finalmente los nacionales tuvieron que replegarse. Una vez en el pueblo, los hombres procedentes de Málaga dieron muerte al médico de Moraleda y a otras personas de derechas. Brácana fue saqueada por los malagueños que tenían la consigna de aprovisionar Málaga, llevándose algunos camiones cargados de aceite. 5 de agosto de 1936: El gobernador civil facilitó los detalles que iban llegando sobre la operación que se estaba realizando en las inmediaciones de Brácana: El combate se sostenía con un grupo de republicanos procedentes de Málaga y en la acción estaban interviniendo pro primera vez en Granada, las fuerzas del Tercio, procedentes de Tetuán. La columna que había salido de madrugada desde Granada con elementos de Ejército, Guardia civil, de Asalto, Falangistas, requetés y vanguardia de Españoles Patriotas continuó su marcha hasta Brácana, una vez que Tocón quedó bajo el mando nacional. En las inmediaciones de Brácana se dividió la fuerza en dos columnas, una de las cuales estableció contacto con la que marchó por la carretera de Málaga y la otra se dirigió al citado pueblo de Brácana para ocuparlo. A la entrada del pueblo encontraron un escuadrón de Caballería, el cual creía que las fuerzas que se acercaban eran también republicanas. Pero en cuanto los reconocieron hicieron una descarga, al mismo tiempo se produjo un tiroteo por parte de los nacionales que dieron muerte a la mayoría del escuadrón, integrado por veinte republicanos, entre ellos un sargento primero y un soldado de Caballería, así como un picador que se había constituido en capitán del grupo. Los restantes miembros, que eran soldados de Caballería, fueron hechos prisioneros. Los nacionales tomaron posesión de los veinte caballos y de numerosos mosquetones y otras armas. Los caballos fueron traídos a Granada, pero en el camino se escapó uno y murió otro, por lo que sólo dieciocho llegaron a la capital. Deshecho el escuadrón de Caballería enemigo, las tropas nacionales entraron en Brácana. Según cifras del Gobierno civil, se causaron al enemigo más de 300 bajas, casi todos muertos. Además se le han cogido cuatro camiones, un gran camión de carga casi nuevo, tres coches ligeros, caballos, municiones abundantes. Entre las prendas que quedaron abandonadas en el campo había un gorro de cuartel y una guerrera con las insignias de comandante y una guerrera de oficial de Marina. 19 de agosto de 1936: Un grupo de soldados republicanos marcharon hacia Brácana tras haber sostenido un tiroteo en Tocón con fuerzas nacionales, sin embargo, en la citada población de Brácana se encontraron con una columna de Infantería que había ido para traer aceite a la capital granadina. Las fuerzas nacionales interceptaron a los republicanos, y los rodearon, haciéndose con los cuatro camiones que llevaban. En ellos aparecían inscripciones de la CNT y de UHP, tc., También recogieron los soldados tres ametralladoras, numerosos fusiles y gran cantidad de municiones. 30 de agosto de 1936: Una columna compuesta por elementos de Asalto, Guardia civil, vanguardia de Españoles Patriotas y Requeté marchó en la madrugada de ayer a las inmediaciones de Brácana con el fin de dar una batida a posibles enemigos y al mismo tiempo para reparar la línea telefónica y eléctrica con pueblos limítrofes. Se practicaron varias detenciones al parecer importantes.
