Relato histórico

En las elecciones de 1936 ganó la coalición de izquierdas. Al ser un pueblo fronterizo, muchos de los que huían del sur hacia Portugal fueron asesinados allí y en otros casos, los que conseguían pasar a Portugal y eran devueltos también eran fusilados en Rosal. Se tiene constancia de que en 1936 murieron 150 personas y en 1937, 100 más. Las detenciones de derechistas afectaron a un gran número de personas que fueron recluidas en la iglesia del pueblo y al final fueron liberadas por el Comité antes de que llegaran las tropas, que lo hicieron el 28 de agosto. El día 10 de agosto, con la ayuda de los mineros, rindieron el cuartel de la Guardia Civil. La actitud razonable de ésta ahorró las violencias habidas en otros pueblos como Aroche e Higuera. Los izquierdistas huyeron el día 26 de agosto, unos a Portugal (error) y otros a zona republicana. Las tropas encontraron a su entrada un pueblo casi abandonado y algunos izquierdistas dispuestos a hacerles frente, uno de ellos con un arma antigua de carga por la boca. Fueron barridos en escasos minutos. Con el golpe del 18 de julio, los mineros de Riotinto se hacen con el control del pueblo y encarcelan a las personas de derecha. Los mineros robaron vacas de una finca al terrateniente de Jabugo Antonio Sánchez Sánchez, apodado Quintín y repartieron su carne entre los vecinos de Rosal. También llevaron todos los santos a la casa del cura y usaron la iglesia como centro de reunión y aprovisionamiento. Con la llegada de las tropas franquistas, el cura Francisco Pérez Ruiz, natural de Priego de Córdoba, (en los años 40 trasladado a Gibraleón) y el médico fueron los principales instigadores de los asesinatos. La primera matanza se produjo en el Alto de los Gallos a 5 personas. Hubo dos momentos en la represión: el primero entre julio y noviembre de 1936 y el segundo a lo largo de 1937.