Relato histórico

Hinojosa del Duque se adhirió a la rebelión militar desde los primeros momentos. El 19 de julio el teniente de la Guardia Civil Francisco Varona Medina declaró el Bando de guerra, armo al personal de derechas y detuvo a una docena de personas de izquierdas destacadas. Algunos jóvenes de izquierdas marcharon a Peñarroya a dar noticias. El día 24 la Guardia Civil recibió orden de concentrarse en Pozoblanco, pero lo impidieron los paisanos de derechas. No obstante, al día siguiente partió la guarnición para Pozoblanco, con las familias de los guardias y algunos detenidos de izquierdas. A partir del día 25 se encargó de coordinar la resistencia el derechista Joaquín Rubio, natural de Belalcázar. El 27 de julio una columna gubernamental de Peñarroya atacó a los sublevados de Hinojosa del Duque. Enterados en Peñarroya de que el día 25 la Guardia Civil de Hinojosa y Belalcázar se había retirado a Pozoblanco para concentrarse, por lo que se considero el momento propicio para recuperar Hinojosa. Ese día la columna de Pozoblanco emprendió el retorno, una vez que habían desaparecido ya los atacantes de Peñarroya-Pueblonuevo. Se organizó una comitiva en la que abría marcha un vehículo con los cuerpos de los caídos en combate. A la comitiva también se agregó bastante personal de derechas que, temerosos, consideraron Pozoblanco un lugar más seguro. Hinojosa continúo bajo un débil dominio derechista de casi veinte días, en una actitud de espera tanto para éstos como para los frentepopulistas que merodeaban por los alrededores del pueblo y por la zona llamada la Cuenca. Se llegó a constituir una curiosa Junta Pro Paz, en la que se incluyeron representantes de todos los partidos, con el objetivo principal de liberar a los presos de izquierdas en Pozoblanco y a los de derechas de Pueblonuevo. Y en estas gestiones llegaría ya el 15 de agosto, día del asalto final. El 15 de agosto se puso término a la recuperación de Hinojosa, con la ayuda de las fuerzas obreras de Belalcázar, en una acción que había comenzado en la noche del 13 al 14 de agosto, hallándose en la defensa del pueblo únicamente paisanos de derechas. Al comenzar la madrugada del día 14 se oyeron los primeros tiroteos. Además del Comité de Guerra constituido en los primeros días, se creó también un Tribunal Popular, que actúo muy duramente, organizando varias tandas de fusilamientos bastantes numerosas. Este tribunal actuaba en la cárcel de la plaza. En 1938 la aviación franquista sometió a la zona de la Comarca de los Pedroches a un incesante ataque de la aviación. Hinojosa del Duque fue castigada el 6 de enero y en el mes de agosto en los días 15, 16, 17 y 28, con motivo de la batalla del Zújar, en la que el Ejército rebelde pretendía hacerse con esa zona. Desde el 5 de enero de 1939 hasta el 4 de febrero, se llevó a cabo la última gran batalla de la República eligiéndose como escenario al línea de frete comprendida entre Hinojosa y Villanueva del Duque y en dirección a Peñarroya, Fuenteovejuna, La Granja y Peraleda. En esta batalla intervinieron 72.000 hombres por parte franquista y 92.500 por parte republicana con un balance conjunto de 30.000 bajas y entre ellas unos 8.000 muertos. En Hinojosa fueron fusiladas 30 personas en 1939, desde abril a diciembre, en 14 ejecuciones diferentes. Las represalias, como era habitual, se ejercieron rápidamente contra los socialistas más destacados o bien estaban relacionados con el Comité de Guerra. El 19 de abril se aplicó la ley de fugas contra las tres primeras víctimas. El 22 de junio fusilaron a lo que se podía llamar el fusilamiento del Comité. Después la matanza prosiguió en diversas sacas, hasta finales de año, por supuesto también en 1940 y luego en Córdoba. Más de diez sacas se efectuaron en la cárcel de Hinojosa, aunque poco numerosas desde marzo a septiembre de 1940. Los de Belalcázar, también presos en el convento de Hinojosa, fueron de los más castigados. La dureza de la represión desencadenada contra los de Belalcazar explica el que muchos se escaparan a la sierra, de manera que serían el alma del grupo de huidos de la zona del río Zújar. Y parece que ellos mismos organizaron la aparatosa fuga del convento de Hinojosa el primero de septiembre de 1940.