Elemento
Trasladada al Valle de Cuelgamuros (Lucena)
Metadatos
Denominación de la fosa
Trasladada al Valle de Cuelgamuros (Lucena)
Municipio
Lucena
Provincia
Córdoba
Población en 1930 y 1940
27.242 - 32.687
Número estimado de víctimas en/de los municipios
Víctimas estimadas: 124 | Hombres identificados: 120 | Mujeres identificadas: 4 | 32 vecinos de Lucena están enterrados en Córdoba
Cronología de los asesinatos (Víctimas identificadas)
Terror caliente (Julio de 1936 - Marzo de 1937): 116 | Justicia del terror (Abril de 1937 - Abril de 1939): 1 | Posguerra: 7
Número de fosas en el municipio
2
Número estimado de víctimas en las fosas del municipio
78
Titularidad
Pública
Estado de la intervención
Trasladada al Valle de Cuelgamuros
Carácter de la fosa
Valle de Cuelgamuros
Fecha de la intervención
24/03/1959
Número estimado de víctimas en la fosa
1
Tipología de las víctimas
Hombres: 1
Localización de la fosa
Valle de Cuelgamuros
Actuación en la fosa
El 24 de marzo de 1959 los restos de José Moreno Muñoz fueron trasladados al Valle de lCuelgamuros
Relato histórico
En Lucena, en la tarde del 18 los militantes del Frente Popular y obreros se concentraron en la Casa del Pueblo para decidir que actitud tomar. Algunos se dirigieron al Ayuntamiento y las telefonistas de la Central de Teléfonos de la Plaza Nueva avisaron a la Guardia Civil de que se dirigían al consistorio. El 20 de julio a las diez de la noche se convocó una sesión municipal, pero lo dictado por el bando de guerra hizo que se aplazara al día 22. A las seis de la tarde con la autorización del teniente coronel Tormo Revelo y bajo la presidencia del segundo teniente de alcalde Javier Tubío Aranda, se reúnen los concejales Francisco Bergillos Gálvez, etc. Javier Tubío Aranda protesta y solicita una licencia por tiempo indeterminado y se nombra alcalde a Antonio García Doblas, capitán retirado de la Guardia Civil, el día 23 se constituyó la nueva comisión gestora. La composición fue similar a la de otros pueblos donde triunfó la sublevación. La prohibición de los sindicatos y de otros mecanismos de reivindicación laboral, como las huelgas serían castigadas con la pena de muerte o con largos años de cárcel por lo que los trabajadores estaban en situación de desamparo frente a la clase patronal. En Lucena, se prohibía ausentarse de la localidad sin el permiso de las autoridades militares. El 5 de agosto el consistorio suspendió de empleo y sueldo a varios funcionarios municipales que habían sido detenidos. El 27 de noviembre de 1936 se decidió por acuerdo unánime reformar la plantilla de todo el personal del Ayuntamiento. En la administración judicial la depuración no se realizó pus los jueces municipales como Manuel González Aguilar o José Burgos Rubio continuaron ejerciendo su cargo debido a sus antecedentes derechistas y a la militancia falangista de ambos. Desde el principio se organizaron a los falangistas y a cientos de voluntarios porque eran incesantes los llamamientos para que la población participara en labores de defensa. Se veía la guerra civil como una guerra religiosa (cruzada) excluyendo a los republicanos de la condición de católicos y los enemigos eran considerados como antiespañoles o extranjeros. Desde el día 19 grupos de voluntarios se dirigieron a la autoridad militar para ofrecer su colaboración. La Falange se organizó a las órdenes del teniente Luis Castro Samaniego y estableció su cuartel en la calle Las Torres. Sus miembros fueron uniformados y armados, custodiaban su cuartel, el hospital, la vigilancia de la población, la vía férrea, servicio de escucha antiaéreo de la Sierra de Aras, la censura militar y colaboración con la Guardia Civil. El 12 de agosto se fundó la Falange Femenina en la calle Emilio Cautelar (actual calle El Agua). Presidida por Amalia Manjón Cabeza Fuerte, presidenta de la Asociación Hijas de María y camarera de la Virgen de Araceli. En cuanto a los niños, se comenzó a dar instrucción militar con fusiles de madera a los balillas o niños de Falange, en su mayoría hijos de la clase obrera. Inculcando el amor al ejercito y a España y el saludo con el puño en alto. a mediados de agosto se fundó el Escuadrón de Caballistas Aracelitanos, promovido por Castro Samaniego para defender la propiedad y ayudar a la Guardia Civil. Contaba con cincuenta caballos y la sede era la plaza de toros. Se hicieron famosos por su crueldad, violaciones y rapiñas, se les llamaba Escuadrón de la Muerte. En Lucena el periódico católico Ideales extendieron la teoría de que había sido la protección divina la que había salvado a la localidad de las hordas rojas. El 18 de agosto de 1936 cuando se habían producido múltiples fusilamientos el periódico hablaba de la protección de la Santísima Virgen de Araceli que ha extendido ( ) su manto protector sobre su pueblo , la defensa de la localidad. Algunos sacerdotes lucentinos colaboraron económicamente con colectas patrióticas como Joaquín Garzón Carmona (Arcipreste de la parroquia de San Mateo). La Iglesia recibió muchos beneficios como su sostenimiento económico a cargo del gobierno y su presencia en la vida social. El Instituto de enseñanza secundaria Barahona de Soto fue suprimido en 1937 y esta quedó en manos del colegio privado de los hermanos Maristas. Las cofradías lucentinas volvieron a sacar sus tronos a la calle que eran recibidas con los saludos fascistas. En Lucena comenzó el mismo día de la sublevación con las detenciones en la Casa del Pueblo y en el Ayuntamiento y esa misa noche por los falangistas por el pueblo. Eran trasladados al cuartel, a la cárcel de la plaza del Coso y a otra pequeña prisión en la calle Quintana, conocida como la Higuerilla. Entre el 18 y el 19 unas 200 personas fueron encarceladas. Las detenciones fueron masivas y por eso ocuparon edificios religiosos para albergar a tanto detenido como el Convento de San Agustín. Una vez saturados todos los centros, los presos empezaron a trasladarlos a la plaza de toros con todo tipo de vejaciones como desnudarlos y regarlos con mangueras por la noche. Uno de los objetivos de la represión fue la clase política republicana o de izquierdas que desempeñó cargos municipales de la República. De los socialistas elegidos en las elecciones de 1931 al menos 4 fueron fusilados como Rafael Lozano Córdoba o Antonio Palomino Luque. Algunos concejales republicanos de 1931 volvieron a su cargo en 1936, pero el hecho de pertenecer a la logia masónica de Lucena agravaba más la situación como Javier Tubío Aranda que fue apresado el 31 de julio y fusilado el 29 de septiembre a la altura de Cabra. A finales de julio comenzaron las detenciones de mujeres de izquierdas y encarceladas en el Convento de San Francisco que estaba al mando del Capitán Pedraza. Algunas sufrieron abusos sexuales, otras veces se las obligaba a ingerir aceite de ricino, limpiar la sede de la Falange o exhibirlas peladas a cero por las calles. Como manifestación del odio social algunos trabajadores fueron fusilados en venganza por haber demandado a sus patronos ante los jurados mixtos por incumplir las leyes laborales, como el talador socialista Francisco Antonio Cabeza Martínez. La represión no fue sólo física sino también económica, apoderándose de los bienes y las cosechas de algunos de izquierdas como el caso de Javier Tubío Aranda. La responsabilidad de la represión cayó en los jefes militares, conocían lo que sucedía en Lucena y no intervinieron y permitieron que a personas de derechas que se presentaran en el cuartes para participar como fusiladores y que se enorgullecían. Las inhumaciones fueron irregulares y se hacían en fosas comunes aunque antes se dejaban en olivares, caminos y cunetas para la contemplación pública. En el cementerio se abrió una gran zanja donde cada día se enterraban a los fusilados, separados por tandas de tierra y cal. O a otros los enterraban en el mismo lugar donde habían sido fusilados: Alameda de Cuevas, cuesta de los Balandranes, Carretera de Cabra, Pilar de la Dehesa, Paredes de Uñate, Cortijo Angulo, etc. Fue en agosto cuando los fusilamientos se comenzaron a perpetrar de forma masiva., pudo influir el endurecimiento de la represión los acontecimientos en agosto en Córdoba como fue la visita de Varela y Quipo de Llano, o los muertos falangistas en Puente Genil, o los bombardeos republicanos. En las a primeras fechas los fusilamientos eran colectivos, muchos entrevistados nos aseguran que en la madrugada del 19 de agostó fueron fusiladas veinticinco personas, mientras que el Registro recoge solo dos. El 20 de julio, los falangistas de Lucena, al mando de Luis Castro Samaniego, tomaron Las Navas e iniciaron una represión contra la clase obrera socialista y comunista apoyados por patronos agrarios de la localidad. Las torturas en Moriles de un comunista de Las Navas (El Cojo) facilitó la detención de al menos quince personas. En el Registro Civil aparece solo el nombre de cuatro fusilados, pero hemos podido establecer un número de siete víctimas más a través de testimonios orales. Jauja permaneció leal a la República durante algunas semanas porque la Guardia Civil de la localidad se había replegado a Lucena. Se produjo un saqueo en el cuartel. Se creó un Comité Revolucionario que se encargó de la confiscación de las escopetas de los derechistas, requisa de trigo y aceite de algunos cortijos y de la organización de un servicio de guardias dentro de la población. Se evitaron detenciones, asesinatos o violencias contra los derechistas así como de que los milicianos que llegaban de fuera, cometieran desmanes en el pueblo. El 24 de julio desde Aguilar se envió a la Guardia Civil para pedir refuerzos puesto que se hallaba dominada por fuerzas de izquierdas, el 25 regresaron con refuerzos lucentinos y se hicieron con el control de pueblo. El 27 cooperaron con Benamejí para rechazar el ataque republicano sobre la localidad. El 13 de agosto tomaron Jauja y el 29 las Minas de Corcolla (Sevilla). El 30 de agosto integrados en la columna de Varela intervinieron en la conquista de Villanueva de Algaidas y Villanueva de Tapias, etc. En Lucena se dirigió la represión a los que habían huido a Puente Genil en los primeros días y a los que habían huido. El Juzgado se estableció en la calle El agua nº 19. Las acusaciones se basaban en informes del Ayuntamiento, la Falange, la Guardia Civil y la Jefatura de Investigación y Vigilancia, así como propietarios agrarios. En Jauja el comandante de Infantería de la Comandancia de Lucena ordenó el ingreso en la prisión municipal de algunos de los vecinos de Jauja que habían huido de la aldea tras su conquista por los falangistas lucentinos y que ahora regresaban desde los campos de concentración y se les practicaron consejos de guerra.
Fuentes
* GUIJARRO GONZÁLEZ, Julio: Los andaluces en las fosas del Valle de los Caídos. En Justicia militar y franquismo en Córdoba. Recopilación de trabajos publicados (2016-2021), Todoslosnombres, 08/12/2021, págs. 45-90.
https://todoslosnombres.org/wp-content/uploads/2022/03/guijarro_gonzalez_andaluces_valle_de_los_caidos.pdf
Bibliografía
* BEDMAR, Angel: República, guerra y represión. Lucena, 1931-1939. Ayuntamiento de Lucena, 2010.
https://arcangelbedmar.files.wordpress.com/2013/07/repc3bablica-guerra-y-represic3b3n-lucena.pdf
* DIARIO DE CÓRDOBA: Los cordobeses del Valle de los Caídos. 24/10/2019.
https://www.diariocordoba.com/lo-ultimo/2019/10/24/cordobeses-valle-caidos-36118282.html
* GARROT GARROT, José Luis: Los verdugos de Franco en la Guerra Civil. Los verdugos de Andalucía (II) Ramón de Carranza, Baturone, Bohórquez, Cañero, Buiza ,etc…. asambleadigital.es.
https://asambleadigital.es/los-verdugos-de-franco-en-la-guerra-civil-los-verdugos-de-andalucia-ii-ramon-de-carranza-baturone-bohorquez-canero-buiza-etc/